jueves, 21 de junio de 2012

Consolidemos la democracia


Consolidemos la democracia 

 Por Lic. José Ramón Canizales Martínez

En el territorio nacional se llevarán a cabo elecciones federales el 01 de julio y se elegirán, además del presidente de la nación, a cinco gobernadores, 128 senadores y 500 diputados federales. En 15 estados del país se renovarán legislaturas locales y presidencias municipales y, en ciudad de México, se elegirán jefes delegacionales y al jefe de gobierno.

Esta jornada electoral que parece muy sencilla y se define en poco más de 10 horas, tiempo que duran las casillas abiertas, es parte medular de lo que llamamos “democracia”, es decir, la participación de los ciudadanos en momentos que tienen que ver con la toma de decisiones respecto de su propio destino como nación, de forma personal y comunitario.

En todo este proceso tenemos todos la responsabilidad de ir a expresar nuestra decisión, por un candidato o partido, o por el otro, o por ninguno, pues somos parte de una misma comunidad que busca día a día su bien común. En esta comunidad que es la nación mexicana, el voto constituye el instrumento más importante con que contamos los mexicanos para elegir a nuestros representantes en el gobierno; nuestro voto deber ser otorgado a aquel ciudadano que represente los intereses, los valores y aspiraciones de la sociedad, por eso es de suma importancia saber las propuestas, los proyectos de ley, pues de otra manera podrían  verse afectados seriamente los valores y aspiraciones legitimas de la sociedad mexicana.

En pocas palabras decimos que por medio del voto elegimos a las personas que dirigirán los destinos de la nación, cuya parte más importante no son las instituciones políticas o los partidos, sino los ciudadanos que pertenecemos a este país, con derechos y obligaciones.

El candidato que resulte electo, ya sea para presidente  de la nación o gobernador, se enfrentará agrandes problemas como: las diferentes formas de violencia, el clima de inseguridad en algunos sectores bien identificados, la pobreza extrema, la corrupción, la impunidad, el fenómeno creciente de la migración o la falta de oportunidades de estudios de calidad para los jóvenes y de trabajo digno y bien remunerado de cualquier ciudadano.

Nos encontramos con algunos vicios por vencer, algunos ocasionados por la falta de confianza en los partidos, por las campañas negras y por el pesimismos en otros:

-          Abstencionismo y compra de votos:
Uno de los grandes lastres, sino es que el más importante, es el desinterés o el rechazo que muchos expresan con respecto de la política; esto se refleja en el hecho de que más de la mitad de los mexicanos empadronados no ejercen su derecho al voto; la alta tasa de abstencionismo (según el IFE, en el 2009 fue el 55.2 por ciento) refleja el desencanto por la política, por los políticos.

Otro elemento que atenta contra la construcción de la democracia naciente, es la compra del voto y coacción del mismo. Existen diferentes formas en las que esto se realiza y, aunque se pensaba que ya no existía  en nuestra “moderna democracia” asistimos a continuos actos que aprovechan la necesidad, la pobreza y miseria, para comprar los votos por dinero o bienes materiales. Y en el peor de los casos: “promesas” que nunca cumplen.

La ignorancia también juega un papel importante, pues se hace creer a las personas que las obras y servicios públicos se realiza por la bondad de la autoridad  o partido en el gobierno, sin aclarar que se pagan con los impuestos de los ciudadanos.

Peor aún es la coacción, pues hay maneras de obligar a votar a las personas por un partido o grupo so pena de perder los beneficios de programas sociales. Todos estos vicios deben ser erradicados con ética, coherencia, sacrificio y generosidad en busca del bien común.

Entonces ¿Cómo votar de forma responsable?
El instrumento del voto es eficaz, legal y moral si se hace buen uso de él, para lo cual recomiendo cuatro puntos a considerar:
1.- Debemos estar conscientes de que como ciudadanos, los cristianos no debemos dejar de cumplir con nuestra responsabilidad en los procesos electorales.
2.- Es importante reconocer que no partimos de cero. El sistema y la cultura democrática han tenido grandes avances durante las últimas décadas, sin embargo existe, como ya mencioné, grandes desafíos que amenazan con hacerla retroceder. La participación no se reduce al ejercicio del voto el 1 de julio, esto seria muy pobre y poco útil. A los gobernantes, en cualquier nivel hay que monitorearlos, ver sus compromisos, exigirles, auditarlos y no volver a votar por ellos si no cumplieron sus promesas o si se sirvieron de su puesto para beneficio personal o de grupo.
3.- Los obispos mexicanos han dicho que la sociedad debe ir construyendo un estado basado en principios éticos, comprometidos con una cultura de no violencia y de respeto a toda vida.
4.- Esta bien claro que todo ciudadanos tiene la libertad consagrada por el derecho natural y nuestra Constitución, de elegir entre varias opciones, cada una con forma distinta de proyectar el futuro de nuestro país y el de cada uno de nosotros. Debemos ser conscientes de que nadie puede sustituirme u obligarme a elegir, pero si tenemos la obligación de ejercer correctamente esta libertad conforme a nuestra conciencia.
El Pontificio Consejo “justicia y paz” afirma con toda claridad que: “una autentica democracia no es sólo el resultado de un respeto formal de las reglas, sino que es el futuro de la aceptación convencida de los valores que inspiran los procedimientos democráticos: La DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA, EL BIEN COMUN, como criterio regulador de la vida política.
Y como dijo el beato Juan Pablo II: “una democracia sin VALORES se pervierte así misma, deja de SERVIR  a las personas y se prostituye en forma de autoritarismo de las mayorías”.
Los cristianos católicos, estamos llamados a ser la “Sal y luz “del mundo, con nuestro voto a favor de la vida, de la dignidad de la persona, de la libertad, de la justicia, de la democracia, de la igualdad y libertad de culto y de conciencia. Estamos llamados a promover una democracia con VALORES para no destruir nuestra nación con la dictadura del relativismo imperante, que también busca instalarse en la política o desde la política.

Voto razonado, voto responsable, vota por México.

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